Pasando por las concurridas y ruidosas corredores de Mott Haven Community High School, el profesor colaborativo entre pares Wardell Minor, expresó preocupación por el agotamiento y la salud mental de sus colegas. Él observa desde afuera, el sonido que viene del otro lado de la puerta.

“He hablado con varios profesores” dijo Minor, “tienen noches sin dormir y varias momentos de depresión o diferentes cosas -como preocupación por el bienestar de su familia, de ellos y de sus estudiantes”

Un estudio conducido en marzo por Brookings Institution encontró que 42% de los profesores han considerado dejar la profesión o retirarse durante el último año. Entre quienes han considerado irse, la mitad dicen que es por la pandemia del COVID-19.

Prerna Arora, una profesora asistente de la escuela de psicología de la Universidad de Columbia, anotó que muchos educadores están afrontando estrés y agotamiento por las incertidumbres de su profesión. Algunos tienen que saltar de clases en persona, a clases en línea, a clases híbridas, dependiendo de si sus estudiantes han dado positivo en la prueba de COVID-19 o estuvieron en contacto con alguien que dio positivo.

Adicionalmente, las fluctuaciones en las condiciones de aprendizaje y cambios en educadores pueden llevar a deterioro de la salud mental y resultados académicos, agregó Arora.

“Cómo proveemos ambientes de apoyo para los educadores, el personal de los colegios, es crítico para asegurar que estamos lidiando con los niveles de estrés y agotamiento que los profesores están experimentado” dijo Arora.

Según Minor, la pandemia ha visibilizado las implicaciones del agotamiento y problemas de salud mental en los educadores. Soluciones que le gustaría que se implementaran incluyen que el Departamento Educación contrate mas terapistas y trabajadores sociales – no solo para los estudiantes sino para los profesores también.

El Mott Haven Herald se comunicó con el Departamento de Educación, pero todavía no ha recibido respuesta.

“Vamos a ver generaciones futuras de estudiantes que no van a estar preparadas para lidiar con el mundo real, porque sus profesores no van a poder darles 100% de su atención por todos los problemas en la sociedad y la pandemia”, dijo Minor.

Aunque Minor está vacunado, él tiene una ligera preocupación de contraer COVID-19. El dijo que se pregunta si sus interacciones con los estudiantes y sus colegas llevarán a una prueba positiva.

“Yo creo que esto te pasa la cuenta mentalmente, emocionalmente, socialmente y psicológicamente”, dijo Minor. “Yo creo que las cosas han mejorado desde marzo, pero falta mucho todavía.”

William Woodruff, representante de United Federation of Teachers Bronx School District 7 dijo que los oficiales necesitan contratar más personas para cubrir las vacantes de profesores e invertir en educación profesional.

Al reclutar nuevos educadores, Woodruff expresó que se necesita invertir en medidas para frenar el agotamiento a corto plazo y que así no abandonen la profesión.

“Estamos constantemente reconstruyendo las fundaciones, en vez de construir mejor y realmente tomar los próximos pasos en interés del éxito de nuestros estudiantes”, dijo Woodruff.

Uno de cada seis residentes de Mott Haven han sido contagiados por el virus, según información de la ciudad. COVID-19 ha incrementado las inequidades en las comunidades, incluyendo mayor desempleo y más escasez de comidas que en otros distritos.

Un profesor de un colegio público del sur del Bronx quien pidió no ser identificada dijo que ella y sus colegas han estado en modo de sobrevivir desde marzo: “Yo estaba recibiendo e-mails semanalmente acerca de nuestros estudiantes que han perdido a sus padres o cuidadores, al mismo tiempo que estaba de luto por la perdida mis seres queridos”.

Según ella, su escuela no tuvo una enfermera el año pasado, y este año es raro que funcione el sistema de filtración de aire.  Además la escuela, que ella declinó identificar, le falta personal lo cual ha llevado a que los profesores trabajen más; sin ningún tipo de servicios de apoyo mental. Tiene alrededor de 30 estudiantes en su clase, lo cual hace el distanciamiento social difícil.

“A los profesores les están pidiendo que atiendan a reuniones de desarrollo profesional para discutir la importancia del autocuidado, pero no nos dan el tiempo para poder cuidarnos” agregó.

Lamentando la baja tasa de vacunación en el Bronx la profesora dijo “Nosotros ya hemos tenido algunos casos positivos; y los casos directos no siempre son requeridos de hacer cuarentena o hacerse una prueba antes de regresar a clase”.

Desde mediados de septiembre han habido 5,715 casos positivos en las escuelas de la ciudad -4,234 estudiantes y 1,472

Un aspecto positivo es que como profesora pública, ella tiene acceso a seguro médico y acceso a proveedores de salud mental. Ella asiste semanalmente a una terapia para que la ayude a procesar y sanar.

“A pesar de lo mucho que adoro ver a mis estudiantes en persona, yo reconozco que personalmente no estoy bien. También se que esto no es sostenible a nivel sistémico” dijo.

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