El año pasado, mientras Tatiana Hyman esperaba una de sus últimas entrevistas para el puesto de editor general del Fordham Law Riew y sus piernas se movían nerviosamente, un televisor mostró a Kamala Harris juramentando como vicepresidenta. Hyman sonrió, y sintió orgullo y felicidad de que más mujeres negras estuvieran alcanzando posiciones de poder.
Unas semanas más tarde, Hyman se convertiría en la primera editora general negra del Fordham Law Review.
Mientras Hyman observaba las audiencias de nominación para la Corte Suprema de Ketanji Brown, la semana pasada, sintió aún más esperanza y motivación sobre su futuro.
“Puedo ver fragmentos de mi historia en el currículum de la jueza Brown Jackson, sabes, y me alienta más a pensar que no hay nada que yo no pueda lograr si así me lo propongo”, dijo Hyman.
Nacida y criada en el Bronx, Hyman es ahora una estudiante de Derecho de tercer año en Fordham. Ella espera, en el futuro, mejorar las oportunidades educativas de los estudiantes negros y morenos en las periferias.
Hyman describió a su facultad de Derecho como “discordante” para ella, ya que, durante su primer año, fue una de los cuatro estudiantes negros en una clase de 90. Algunas de sus clases, particularmente aquellas en las que se discutía sobre justicia penal, la conmovían, a diferencia de la mayoría de sus compañeros de clase.
“Participé mucho en protestas y cosas en torno al asesinato de Michael Brown y siento que es difícil reconciliar esas emociones en un espacio académico”, dijo Hyman.
Los abogados negros solo representan el 5% de la profesión legal, lo que la convierte en una de las profesiones menos diversas de la nación, según la decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Howard, Danielle Holley-Walker. Cuando se creó la facultad de Derecho de Howard en 1869, dijo, su explícita misión era capacitar a abogados “que tuvieran un fuerte compromiso de ayudar a los estadounidenses negros a asegurar y proteger sus recién establecidos derechos”.
“La Corte Suprema ha mantenido cerrada la puerta para las mujeres negras durante los últimos 230 años”, dijo Holley-Walker. “Entonces, lo que representa la nominación de la jueza Jackson es la idea de que esa puerta de oportunidad está abierta, y que, si bien ella es la primera mujer negra en cruzar esa puerta, es probable que no sea la última”.
Porsha Shaf’on Venable, nativa del Bronx y abogada que trabaja para los Bronx Defenders, dijo que lo que muestran las audiencias de la nominación de Brown Jackson es lo que las mujeres negras pasan en sus vidas a diario y se siente como una agonía para ella.
“Esto es por lo que pasamos, no solo cuando entro en la corte”, dijo Venable. “Me han pedido mi identificación en la corte y no a mis colegas blancos. Se presume que soy un cliente y nunca se le pasa por la cabeza a nadie, ni a un juez, ni a un secretario, ni a un oficial, que soy una abogada”.
Al igual que muchas otras mujeres negras académicas y profesionales, Venable dijo que sufre del síndrome de la impostora. Este síndrome se refiere a dudar de las habilidades de una independientemente de los logros que hayan conseguido.
A pesar de que Venable tiene dos títulos profesionales y actualmente es abogada supervisora, se pregunta si pertenece a estos espacios. Cuando vio a Brown Jackson enfrentarse a los republicanos que cuestionaban su amplia experiencia, fue una confirmación para Venable de seguir atravesando las barreras.
“Es hermoso ver a esta mujer negra de piel oscura, de cabello trenzado, sentada ahí recordándoles quiénes somos, que somos magia absoluta”, dijo Venable.
La presidenta del condado del Bronx, Vanessa Gibson, la primera mujer negra en su cargo, ha visto más mujeres de color motivadas a conseguir posiciones de poder.
“Creo que, al alcanzar estas posiciones, nosotras no solo les estamos demostrando a las niñas que pueden hacerlo, sino que somos ejemplos vivos y una historia viva de lo que se puede y se debe hacer”, dijo Gibson.
Aún en su último año en la facultad de Derecho, Hyman, junto con otras mujeres negras en el Bronx y en todo el país, esperan ver a la primera mujer negra sentada en la Corte Suprema.
“Es revelador cuando tienes a una persona que ha demostrado suficiente capacidad y calificaciones, y aun así es cuestionada”, dijo Hyman. “Creo que solo resalta, una vez más, las barreras que todavía existen para las mujeres de color y, en general, las personas de color en el ámbito legal”.
Traducido por Natalia Sánchez Loayza.