Un domingo de marzo por la tarde, después de una tormenta de nieve, una figura solitaria con pantalones de deporte, una riñonera y un pañuelo gris de punto a cuadros, limpiaba con una pala trozos de hielo a la entrada del Rainbow Garden of Life and Health, ubicado en la calle E.157 con la avenida Melrose. Las letras rojas en el polo blanco de Rafael Ocasio Barreto decían: “Estrategias DOT: Desarrollo de estrategias de transformación organizativa”.
Al reconocer la enorme brecha existente entre las necesidades de los habitantes de Melrose y los servicios ofrecidos por las empresas y el gobierno, Ocasio Barreto, de 51 años, y su amiga de toda la vida, Ana Meléndez, crearon DOT Strategies a principios de este año para ayudar a los lugareños a navegar por la compleja burocracia de la ciudad y obtener los servicios cruciales que necesitan.
Ocasio Barreto, de 51 años, dirigió un fideicomiso de tierras en Puerto Rico antes de llegar a Nueva York en 2017, cuando fue desplazado tras el huracán María. En su país, había pasado años colaborando con los agricultores locales para predicar la autosostenibilidad, animando a los habitantes de las ciudades a cultivar, comer y comercializar sus propios alimentos para superar los eventos catastróficos que el cambio climático podría causar, incluso cuando los funcionarios locales insistían en que las amenazas de desastres naturales en Borinken eran exageradas.
Meléndez, de 48 años, ha trabajado la mayor parte de su vida adulta para ayudar a los neoyorquinos a evitar el mismo tipo de burocracia que ella tuvo que sortear cuando era madre de tres hijos. Previamente gestora de casos de Nos Quedamos, el emblemático grupo de defensa de la vivienda con sede en Melrose, Meléndez, y Ocasio Barreto han lanzado ahora la organización de base para ayudar a los inquilinos del sur del Bronx sobrevivir la última tormenta: la pandemia.
Cuando Meléndez se trasladó del este de Nueva York al sur del Bronx hace cinco años, se propuso entablar conversaciones con todas las personas que conocía e informarles de sus derechos, sin importar el tiempo que durara cada charla improvisada.
“Estuve por ahí hasta el punto de que un día alguien me preguntó: “¿Cuántos empleados hay en Nos Quedamos?”, dijo Meléndez. Cuando le dijeron que eran sólo tres, uno dijo: “¡Yo creía que eran como 50! Uds están en todas partes'”.
Intercambiando con las personas en la calle es como Meléndez se siente más cómoda.
“Ella me mostró cómo enseñar a organizar a la comunidad”, dijo Héctor Soto, profesor de Políticas Públicas y Derecho en el Hostos Community College. “Ella me enseñó que se trata de personas y de sentimientos. Hace falta alguien especial para hacer que la gente crea en sí misma y en el cambio”.
Después de décadas trabajando como organizadora, una luz se encendió para Meléndez en 2017 cuando voló a Puerto Rico para aprender sobre una iniciativa agro-urbana sostenible en un fideicomiso de tierras de la comunidad de San Juan. La ONU lo había reconocido por su trabajo restaurando la calidad del agua en los arroyos locales y educando a la comunidad sobre la administración de sus propios recursos naturales. Inspirada por lo que aprendió allí, regresó a Melrose, decidida a poner esas lecciones en práctica con los jardineros locales como los de Rainbow, para animarles a compartir recursos entre ellos.
“Aparte de las hermosas flores, los alimentos y la agricultura, también es un espacio donde la gente se reúne”, dijo Meléndez sobre los jardines locales. “Representan a los propietarios de viviendas, a los residentes, a los propietarios de pequeñas empresas, a los jubilados, a los veteranos, y a todas las personas en nuestra comunidad”.
Aunque no lo sabían en ese momento, ambos estaban a punto de volver a formar equipo. Cuando la devastación del huracán María alteró la capacidad de Ocasio Barreto para seguir trabajando con los jardineros de la comunidad en Puerto Rico, unos amigos le reservaron un billete de ida a Miami para que pudiera llevar su mensaje de autosostenibilidad a otros lugares. Tras una breve estancia en Miami, llegó al Bronx, donde vio la oportunidad de conectar a otros refugiados latinoamericanos desplazados con los recursos disponibles.
Ocasio Barreto se enamoró del sur del Bronx y ha aprovechado sus conocimientos de diseño e ingeniería para hacer que los espacios verdes de Melrose estén accesibles para sus residentes. En el Rainbow Garden, ha construido bancos y mesas accesibles para sillas de ruedas. También ha cortado la hiedra que antes obstruía las vistas del jardín, facilitando el acceso para niños.
En el jardín, señaló las macetas pintadas con colores brillantes junto a los cubos de madera para el abono y las huellas de las manos de los niños en los depósitos de agua; todos ellos signos de una multitud intergeneracional que se está involucrando más en el mantenimiento del jardín desde que él y Meléndez llegaron.
Siguiendo el ejemplo de su trabajo de organización en su país, Ocasio Barreto comparte consejos y trucos con los vecinos sobre cómo cultivar alimentos y reutilizar los materiales desechados, o “up cycle”. Incluso el nombre del proyecto de Melrose, “Acércate”, está tomado del mismo que usaba en San Juan, para reflejar la cercanía que busca crear entre personas y plantas.
La energía de la pareja es palpable en el apartamento que comparten, decorado con plantas colocadas en botellas de agua. Meléndez se ríe de los discursos de Ocasio Barreto sobre la autosuficiencia de la comunidad, y cuando él recuerda las veces que Meléndez ha reprendido de forma similar a los políticos cuyas opiniones le parecía poco sinceras.
Su objetivo actual es encontrar financiamiento para instalar paneles solares en Rainbow Garden, como forma de proporcionar energía a Melrose.
Después de su trabajo de 9 a 5 como ingeniero de las máquinas de votación, Ocasio Barreto pasa las noches y los fines de semana ayudando a mantener a Rainbow. Al mismo tiempo, lidera un proyecto con Citi Bike, tratando de coordinar el uso de bicicletas por restaurantes locales afectados por COVID. También quisiera ofrecer entregas de alimentos de las despensas locales a las personas mayores y a los residentes confinados en casa.
Espera convertir eventualmente DOT en una organización sin ánimo de lucro, pero por ahora seguirá funcionando como una pequeña empresa para tener la libertad de asociarse con muchas organizaciones. Ocasio Barreto ha llegado a ver las ventajas de trabajar en Melrose.
“En Puerto Rico tenemos que luchar por estos espacios verdes. Aquí no”, dijo. “Imagina lo que podríamos hacer como comunidad con más recursos. Queremos que la gente se dé cuenta de que realmente se puede hacer mucho con muy poco”.